Getty Images Los sábados por la tarde, los adoquines de la plaza Liljeholmen de Estocolmo están llenos de familias que entran y salen del centro comercial local. Si miras de cerca verás que los niños se aferran a un accesorio que está presente todas las semanas: una bolsa de caramelos sueltos.Los suecos están tan acostumbrados a comprar y comer dulces los sábados que incluso tienen una palabra especial para ellos: lördagsgodis, que... + Leer noticia completa
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