Los habitantes de esta tribu tenían fantásticas recetas, ya que sabían utilizar muy bien el fuego. Mantenían hogueras encendidas constantemente y a menudo quedaban pequeños trozos de carbón o brasas encendidas. Pero un día, sin previo aviso, el cielo se nubló y comenzó a llover, a llover y a llover sin tregua ninguna. Los ríos se desbordaron y todo comenzó a inundarse. Las personas murieron, y los animales. Todos, menos un niño, una... + Leer noticia completa
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