Es un triunfo que WeWork haya llegado tan lejos. Esta semana, una versión reducida de la empresa que alquila espacios de oficina comenzará a cotizar en la bolsa unos dos años después de que los inversionistas se dieran cuenta de que esta empresa emergente era una cortina de humo, de que casi se quedara sin dinero y de que su fundador se fuera con una fortuna. WeWork no es la única empresa emergente ambiciosa que se tambalea. Los fiscales... + Leer noticia completa
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