Los esqueletos se mueven por un paisaje estéril hacia unas cuantas personas aterrorizadas y desamparadas aún vivas. La escena, imaginada por Pieter Brueghel el Viejo en la pintura El triunfo de la muerte de mediados del siglo XVI, ilustra el impacto psíquico de la peste bubónica. Era un terror, dicen los historiadores, que permaneció incluso al retroceder la enfermedad. Las olas destructivas del COVID-19 han infligido su propia desesperanza... + Leer noticia completa
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