A las 8 de la noche del viernes 29 de junio de 1984, su Excelencia da por concluida la jornada. Deja dicho entonces que se retira a descansar. Sumergido en la penumbra, el subteniente José Rubert Gonzales Galloso lamenta haber sido obligado por instrucción superior a ocupar justamente aquella velada, la comandancia de guardia. No le tocaba, pero la seguridad del doctor Hernán Siles Zuazo queda así sorpresivamente en sus manos. En... + Leer noticia completa
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