Porque contemplo aún albas radiosas Y hay rosas, muchas rosas, muchas rosas En que tiembla el lucero de Belén, Y hay rosas, muchas rosas, muchas rosas Gracias, ¡está bien! Porque en las tardes, con sutil desmayo, Piadosamente besa el sol mi sien, Y aun la transfigura con su rayo: Gracias, ¡está bien! Porque en las noches una voz me nombra (¡voz de quien yo me sél), y hay un edén Escondido en los pliegues de mi sombra: Gracias,... + Leer noticia completa
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