Victoria Atieno esperaba su autobús cuando sintió que empezaba a sangrar abundantemente, desvelando en medio de la calle su secreto más íntimo: un autoaborto, practicado por miles de kenianas a pesar de sus consecuencias a menudo fatales. La Constitución de este país africano permite el aborto en algunos casos, pero la exclusión de quienes lo hicieron lleva a otras a emplear métodos más tradicionales como hierbas, lejía o agujas o a... + Leer noticia completa
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