Cuando Fernanda acudió al hospital por los dolores y el sangrado de un aborto en casa, una enfermera amenazó con denunciarla. Casos como este podrían quedar en el pasado en México, tras fallos judiciales que buscan despenalizar la interrupción del embarazo. La joven de 22 años había tomado una píldora abortiva, pero una reacción adversa la obligó a buscar atención médica a riesgo de ser criminalizada, pues en su natal estado de... + Leer noticia completa
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