Lo que viven los ancianos del Asilo Sagrada Familia, en la ciudad de Oruro, es una tragedia que trae consigo un mensaje muy claro, que lamentablemente algunos bolivianos no terminan de entender: el coronavirus aún no ha sido controlado y su amenaza de muerte persiste. Nueve ancianos fallecidos, seis intubados en terapia intensiva (dos de ellos con serio riesgo de muerte), 10 en terapia intermedia y 30 con tratamiento es lo que dejó un... + Leer noticia completa
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