La muerte de Abimael Guzmán no ha resucitado fantasmas necesariamente, pero es una oportunidad para recordar algunos detalles que no solo incumben a nuestros hermanos peruanos, sino a este Alto Perú, también. Es difícil sentir pena por esa partida, porque ese individuo fue el artífice de la muerte de decenas de miles de sus compatriotas, y porque no se lo puede ver más que como un apóstol del odio. No, su propuesta no tenía nada de... + Leer noticia completa
Notibol es un agregador informático de noticias y no es responsable del contenido de los enlaces a los sitios externos que generan las noticias.
Acerca de Notibol | Contacto | Política de Privacidad | Descargo de Responsabilidad