Las pinturas de Leonardo Aliaga encierran todo el simbolismo y carácter de los personajes carnavalescos de La Paz. Las tétricas sonrisas con las que imprime a sus pepinos denotan deseo, una “sed de goce sin hacerse cargo del deseo”, como los caracterizó el psicoanalista Fernando Arce. Entretanto, sus kusillos son bufonescos, alargados y con un aire de embaucador. Si bien el Carnaval y sus “héroes” es una temática recurrente en la... + Leer noticia completa
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