Mientras Mindy Greene pasaba otro día en la unidad de terapia intensiva para pacientes con COVID-19 escuchando chirriar las máquinas que ahora respiraban por su esposo de 42 años, Russ, encendió su teléfono y escribió un mensaje. “No nos vacunamos. Leí todo tipo de cosas sobre la vacuna y me asusté. Así que tomé esa decisión, oré por ella y tuve la sensación de que estaríamos bien”, escribió en Facebook. Pero no lo estuvieron.... + Leer noticia completa
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