EL DEBER / PAÍS Cuatro soldados de la Escolta Presidencial Colorados de Bolivia hacen guardia en la vieja puerta del Palacio Quemado. Pocos entran por ese acceso de rejas forjadas y los militares prácticamente se olvidaron de dar honores. Al interior, el hall de lo que era la casa presidencial es un patio de lujo para funcionarios públicos. Los salones quedaron intactos y la oficina del jefe de Estado todavía guarda los muebles clásicos.... + Leer noticia completa
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