Alba Flores, de 41 años, maneja con tanta destreza el croché que los resultados de sus trabajos saltan a la vista, muñecos artesanales con un impecable acabado y que llevan una vestimenta de acuerdo al pedido de cada cliente. Incluso los rasgos físicos pueden ser imitados. Esta artesana, que forma parte del colectivo Mujeres Musas, aprendió a tejer con palillos y croché a los siete años. Sus maestras fueron su abuela y sus tías, quienes... + Leer noticia completa
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