Los vecinos pensaron que había una fiesta clandestina. Cuando llegó la policía por denuncias de ruidos molestos, se encontraron con un departamento vacío, sin fiesta pero con un gato. El dueño explicó al día siguiente a la policía que la mascota solía encender el equipo de música por su cuenta, usando sus patas. Este hecho sucedió en Lugo, la capital de una provincia con el mismo nombre, que se encuentra al noroeste de España. Un... + Leer noticia completa
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