Cilindros metálicos del tamaño de pequeños edificios, abandonados en medio de la selva, son parte del pasivo ambiental de la minería en Panamá, actividad a la que el gobierno quiere limpiar el rostro y convertir en un motor de su economía. La vegetación centroamericana devoró gran parte de las estructuras de lo que fue Petaquilla Gold, una mina de oro cuyos propietarios -capitales panameños y canadienses- dejaron abandonada en 2014 en... + Leer noticia completa
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