Ciudad del Vaticano El papa Francisco besó ayer el tatuaje con el número de prisionera de Lidia Maksymowicz, deportada en el campo de Auschwitz cuando tenía tres años, después de que ella se lo mostrase al saludarle durante la audiencia pública de los miércoles celebrada en el Vaticano. La anciana bielorrusa, de 81 años, se subió la manga de su vestido para enseñarle al Papa el número con el que los nazis marcaban a los prisioneros... + Leer noticia completa
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