La procesadora de cítricos de Bermejo se volvió en un cuento de nunca acabar, cada vez faltan cosas por terminar. Se cumplirá una década del inicio del proyecto y esa factoría, que costó más de 76 millones de bolivianos, no industrializó ni una sola fruta en la ciudad triangulo del sur, mientras sus otros motores económicos, la caña y el comercio, decaen. Desde el Ejecutivo adelantan un análisis para ampliar la variedad de productos a... + Leer noticia completa
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