Allá, en el último rincón del altiplano tarijeño, en el punto limítrofe de Bolivia con Argentina se guardan los más finos hilos de oveja y llama, que luego de ser acariciados por las manos de doña Rosa Vilte, una mujer de la tercera edad, se convierten en codiciadas prendas de vestir, sin nada que envidiar a esas marcas de ropa que imponen moda en la ciudad. Lo de ella, es a pura mano, teñido de colores con plantas del lugar. La... + Leer noticia completa
Notibol es un agregador informático de noticias y no es responsable del contenido de los enlaces a los sitios externos que generan las noticias.
Acerca de Notibol | Contacto | Política de Privacidad | Descargo de Responsabilidad