El Grupo de los Siete reprendió tanto a China como a Rusia el miércoles, calificando al Kremlin de malicioso y a Beijing de matón, pero más allá de las palabras, hubo pocos pasos concretos además de expresar su apoyo a Taiwán y Ucrania. Fundado en 1975 como un foro de las naciones más ricas de Occidente para discutir crisis como el embargo petrolero de la OPEP, el G7 abordó esta semana lo que percibe como las mayores amenazas actuales:... + Leer noticia completa
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