Un grito estalla entre la multitud cuando la fila empieza a andar: ¡Comidaaa, comidaaa!. Son cientos de personas desesperadas por un almuerzo digno en el centro de Río de Janeiro, una escena cada vez más frecuente en medio de la pandemia.Madres embarazadas, ancianos, mendigos de varias edades se aglomeran bajo el inclemente sol de mediodía para retirar una vianda distribuida por el gobierno de Río. ¿El menú? Guiso de carne y pirón, un... + Leer noticia completa
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