Niños de una escuela rural con la bandera del mar. Foto: Archivo Estéfani Huiza / Bolivia Sobre las calles empinadas de la ciudad de La Paz un tumulto de gente observa cómo los restos de Eduardo Avaroa y la bandera que flameó en Calama son devueltos a la Basílica de San Francisco, éstos son escoltados por oficiales de la Guardia de Honor de la Armada Boliviana. El sonido estridente de la banda musical y el paso firme de aquellos oficiales... + Leer noticia completa
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