Jessica Grose - The New York Times El año pasado pensé que, finalmente, volvería a dormir bien. Mi hija más pequeña cumplió cuatro años, así que ya eran menos frecuentes las interrupciones después de la medianoche para arreglar sus cobijas y recoger sus muñecos de peluche. Los horarios de mi vida laboral y familiar eran predecibles. Sin embargo, llegó una pandemia que ha matado a más de dos millones de personas y que alteró la... + Leer noticia completa
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