A fines de febrero de 1956, cuando Fidel Castro llegó a la Sierra Maestra, esa región era para Cuba lo que ahora es el Chapare para Bolivia: un nido de narcotraficantes. No solo era el reino de la marihuana, sino la cueva de las ratas de la mafia norteamericana, como Lucky Luciano, Anastasia, Santos Trafficante, Meyer Lansky, las familias Gambino y Colombo, según dice Juan F. Benemelis en su ensayo “El cártel de la Habana”. La decisión... + Leer noticia completa
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