Por: Aarón Mariscal Zúñiga Toda revolución tiende a radicalizarse, es inevitable que así suceda. Al fin y al cabo, se compone de fuerzas que pretenden instaurar un nuevo orden. La revolución condena el pasado y anuncia el paraíso; y todo eso en nombre del pueblo. Así sucedió con la Revolución Francesa, que proclamaba libertad para el pueblo y cometió genocidio contra ese pueblo por el que decía luchar: miles de campesinos asesinados... + Leer noticia completa
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