Las grandes palmeras, que muy pocas ya se ven en la ciudad de Cochabamba, son el refugio y el hogar de cientos de pequeños loros, que retornan todos los días al atardecer. Es difícil no enterarse de su llegada por el bullicio que provocan, aunque muy pocas veces se dejan ver, y su jugueteo entre uno y otro árbol.... + Leer noticia completa
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