Las huellas de la torrencial lluvia del 4 de enero aún no logran borrarse. Escenas de aquella feroz tormenta quedaron grabadas en muebles destrozados, restos de material de construcción y maderas viejas. Donde antes se levantaba el domicilio de Bernarda Correa Rojas, ahora solo se observa un promontorio de tierra y escombros, por lo que la familia refuerza su pedido de colaboración a las autoridades para reconstruir su hogar. En esa fatídica... + Leer noticia completa
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