Mi hijito Sebastián vuelve a tocar mi frente y me dice que aguante ya que estamos muy cerca del final. Yo le digo que lo sé. A pesar de mi terrible malestar, le prometo que no me voy a desmayar. El cineasta, en tanto, prosigue la lectura: “Sabiendo que su misión de proteger al subprefecto era muy peligrosa, Hurtado había decidido no decir nada a su amante. No quería que la dulce prima lo acompañara en una aventura cuya desenlace podía... + Leer noticia completa
Ahora estoy envuelto en dos mantas. No obstante, mis temblores parecen intensificarse con cada segundo que pasa. Mi hijito Sebastián me toca la frente y dice que tengo fiebre. Me pregunta si no es mejor que nos vayamos a la casa. Pero a estas alturas, no quiero abandonar... + más
El sueño del bandolero (36) | La Estrella del Oriente
Me abrigo con la manta del paciente, mientras el cineasta Tony Peredo abre el cuaderno. No sé si mi hijito Sebastián y mis amigos se dan cuenta de unos raros bramidos que me llegan al oído desde afuera. Un toro parece pasarse por las calles de nuestro barrio. Tony empieza a... + más
El sueño del bandolero (36) | La Estrella del Oriente
Me acuerdo de un personaje de nombre don Marcelino que aparece en otro libro que me regaló mi suegro don Hugo Sosa hace cinco años, justo un par de semanas antes de que se me perdiera el cuaderno. Comienzo a contar este hecho, interrumpiendo bruscamente a mi mejor amigo Tony... + más
El sueño del bandolero (36) | La Estrella del Oriente
Mi suegro don Hugo Sosa nos cuenta que a falta de Biblia en el ayuntamiento de Urubichá, el juez instructor decidió posesionar al alemán como subprefecto ante la flamante escultura del “Justo Juez”, regalada por el hacendado don Bernardo Chávez. “Usted tiene que... + más
El sueño del bandolero (36) | La Estrella del Oriente
La cuarta escena, leída en voz alta por el cineasta Tony Peredo, comienza con una referencia a un editorial sobre el bandidaje durante los años veinte del siglo pasado en el departamento de Santa Cruz. En el artículo, el Dr. Horacio Sosa, director del periódico “El... + más
El sueño del bandolero (36) | La Estrella del Oriente
Sinceramente, a menudo me cuesta aguantarlo al sereno don Pedro Lero Tayo. Además de ser un cargoso sabelotodo, lo hallo muy vanidoso, testarudo y entrometido o, como se suele decir aquí, “metiche”. Sin embargo, no puedo negar que sea un buen narrador, seguramente mejor... + más
El sueño del bandolero (36) | La Estrella del Oriente
Bastante temprano en la mañana me llama mi anciano pero indestructible suegro don Hugo Sosa. —Estoy en el aeropuerto —me dice—. Quería despedirme de vos y también comentarte algo. —¿Adónde va a viajar, don Hugo? —pregunto—. ¿Acaso va a ir otra vez al país de... + más
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