Ante las cifras negativas que presentan algunas empresas públicas, analistas económicos plantean analizar su desempeño para definir su situación y las acciones a tomar, cerrarlas o privatizarlas. Mientras tanto, autoridades de gobierno mencionan crecimiento y utilidades.
Para el analista económico Darío Monasterio, la empresa pública tiene un problema de nacimiento, el Estado es dueño. “El Estado debía ser árbitro, (fiscalizar) la competencia entre los privados”, apuntó.
Mientras tanto, el presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero Torrejón, indicó que hay que revisar los presupuestos ejecutados de las empresas públicas, así mismo sostiene que si bien las entidades estatales tienen una labor social a comparación de las privadas que van por el tema económico, que puede entenderse que tiene previsto déficits, pero no puede ser por mucho tiempo.
Opinó que siempre se deben realizar ajustes en las empresas, con el objetivo de dejar de depender de transferencias gubernamentales o endeudamiento público, que bien pueden destinarse a áreas de la educación, salud o a otras necesidades.
“No son sostenible, no generan ingresos propios suficientes para mantenerse a sí mismas, dependen de recursos públicos para mantenerse a pesar de ser deficitarias”, por lo que se debe analizar la situación de cada una y eso deberá ver el nuevo gobierno.
Romero sostiene que es importante que el nuevo gobierno haga un análisis profundo, en lo económico financiero, técnico legal, para saber que se hace con las empresas estatales con bajos rendimientos o deficitarias.
Pueden ser déficits contables, pero son reales, subrayó.
Utilidades
Entretanto, ayer el director Ejecutivo de la Oficina Técnica de Fortalecimiento de Empresas Públicas, Cristian Gonzáles, en medios estatales, informó que las empresas públicas generaron más de 2.400 millones de bolivianos en utilidades el año pasado y fortalecerán su patrimonio con las nuevas 170 industrias en las que invierte el Estado.
Al respecto, Darío Monasterio explica que YPFB puede mostrar utilidades espectaculares y tapar la ineficiencia de las otras empresas estatales, por ello no se puede lanzar números promedios de una bolsa de empresas.
“Hay ineficiencia, nos cuesta plata. Analicemos todos los años y hay empresas que no salen de los números negativos”, reflexionó.
Por su parte, Romero dijo que hay que revisar sus propios estados financieros para ver qué hacer con ellas, como incluir la participación privada en las entidades públicas, ya que –recuerda– son activos estatales y pertenecen a todos los bolivianos, o en último caso cerrarlas o venderlas.
Romero está convencido de que todas las empresas pueden ser recuperables, y las que no, deberán ingresar en un análisis técnico profundo para conocer el estado de las mismas y tomar una decisión.
Áreas
Romero sostiene que las empresas estatales deben enfocarse en áreas en donde el sector privado tiene poco interés o la poca capacidad económica financiera para hacerlo.
De acuerdo con los economistas internacionales, las empresas públicas pertenecen a los políticos, mientras que las privadas sirven al público.
En algunos países, empresas en sectores estratégicos van de la mano del sector público y privado, pero en otros la visión o el objetivo de la entidad público se mezcla con la ideología y la política.
En países populistas se ha implementado empresas estatales, simplemente por temas políticos ideológicos, además las públicas compiten con el sector público de manera desleal, ya que tiene apoyo del Gobierno.
Cuando empezaron a crear empresas públicas, había una entidad estatal que se encargaba de su incubación para que en un determinado tiempo puedan ser autosostenibles, el objetivo se perdió en el camino ya que según economistas, como Julio Linares y recientemente, Romero, que presentan datos económicos de empresas públicas que registran pérdidas.
“Si bien al principio requieren el apoyo financiero para empezar, no significa que se debe seguir inyectando recursos a pesar de las pérdidas que registran las empresas”, detalló Romero.
Plantea una reorientación de las empresas estatales a través de una visión más empresarial, en base a un análisis técnico para determinar qué hacer con las mismas, o en último caso privatizarlas, porque al final son activos de los bolivianos.
Sin embargo, hay otras alternativas que menciona Romero, como pasar las empresas públicas a comunidades, gobernaciones o municipios para compartir los gastos e ingresos, total o parcial.
Por su parte, Monasterio tiene propuestas para mejorar el desempeño de las empresas estratégicas, como Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). Propone la institucionalización de los cargos en el caso de la empresa estatal, como realmente lo hace una empresa, una sociedad anónima.
Asimismo, el entrevistado coincidió con Romero, por separado, sobre las empresas que registran pérdidas, que deben cerrarse o pasar al sector privado para no perder los empleos.
Oficial
Por su parte, Gonzáles remarcó que las diferentes empresas públicas, que implican que son 100% propiedad del Estado boliviano, no reciben recursos del Tesoro General de la Nación (TGN) para su funcionamiento respectivo.
Actualmente, el Estado boliviano tiene 32 empresas y alrededor de 40 sociedades con participación accionaria, por ejemplo la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) y demás subsidiarias que cumplen otro rol estratégico.