TEXTO: Infobae
Un gran jurado federal en San Francisco amplió la acusación contra Linwei Ding, un exingeniero de software de Google, agregando 14 cargos relacionados con espionaje económico y robo de secretos comerciales. Ding, también conocido como Leon Ding, es acusado de sustraer información sobre la infraestructura de hardware y la plataforma de software utilizadas en los centros de datos de Google para entrenar modelos de inteligencia artificial (IA), presuntamente con el objetivo de beneficiar a empresas chinas, según informó Reuters.
Ding, de 38 años y nacionalidad china, enfrenta siete cargos por espionaje económico, cada uno con una pena máxima de 15 años de prisión y una multa de hasta 5 millones de dólares, además de siete cargos por robo de secretos comerciales, que conllevan hasta 10 años de prisión y una multa de 250,000 dólares por cada delito, de acuerdo con Bloomberg.
¿Cómo se llevó a cabo el robo de información?
La fiscalía sostiene que Ding, quien se unió a Google en 2019, comenzó a sustraer información en 2022 cuando mantenía contactos con una empresa tecnológica emergente en China. Para mayo de 2023, habría transferido más de 1,000 archivos confidenciales y distribuido una presentación a empleados de una startup que fundó, en la que destacaba políticas del gobierno chino que fomentan el desarrollo de la industria local de IA. También se alega que aplicó a un programa de talento en Shanghái que recompensa a quienes transfieren conocimientos técnicos a China, según Bloomberg. Según documentos judiciales, los archivos robados incluían esquemas de chips desarrollados por Google para el entrenamiento de IA. Esta tecnología permite a la compañía reducir su dependencia de Nvidia y competir con Amazon y Microsoft en computación en la nube, de acuerdo con Reuters. La información sustraída podría haber sido utilizada para replicar tecnologías avanzadas en China y fortalecer su industria de IA, indicaron los fiscales.
¿Cuál es el impacto de la acusación en la industria tecnológica?
El caso está coordinado por el Disruptive Technology Strike Force, una iniciativa interinstitucional creada en 2023 por el gobierno de Joe Biden para prevenir que tecnologías avanzadas de EE.UU. sean obtenidas por países como China y Rusia, con posibles riesgos para la seguridad nacional.
La estrategia de EE.UU. para frenar la transferencia de tecnología sensible ha incluido restricciones a exportaciones de chips avanzados a China y el fortalecimiento de mecanismos de seguridad en empresas clave del sector tecnológico, según Bloomberg. Las autoridades han intensificado sus esfuerzos para identificar y procesar casos de espionaje industrial que puedan representar amenazas estratégicas.
Empresas tecnológicas en EE.UU. han expresado preocupación por el robo de propiedad intelectual.