Mundo, 30 de dic 2024 (ATB Digital).- Los delfines, esos mamíferos marinos que cautivan con su inteligencia y gracia, también son un reflejo de la salud de nuestros océanos, de hecho, estos simpáticos animales marinos son muy queridos por la población general, que empatiza con facilidad con el gracejo natural de estos a la vez que alaban algunas historias de cómo salvan vidas humanas en alta mar. Sin embargo, un estudio reciente ha desvelado una realidad demasiado preocupante para la salud de estos animales: la presencia de medicamentos en el tejido graso de delfines nariz de botella del Golfo de México. El problema es que no se trata de unos fármacos cualquiera.

El equipo dirigido por Anya Isabel Ocampos ha publicado un artículo en la revista iScience en el que explican que analizaron muestras de grasa de 89 delfines, tanto vivos como postmortem, y encontraron rastros de tres fármacos: fentanilo, carisoprodol y meprobamato. Estos medicamentos, utilizados para tratar el dolor, la ansiedad y las lesiones musculoesqueléticas, se abren paso desde el entorno humano hasta el ecosistema marino, con consecuencias aún desconocidas para la fauna que lo habita. Sin embargo, estos medicamentos también están causando una epidemia sin precedentes en el sistema estadounidense.
Si bien las concentraciones detectadas fueron bajas, el solo hecho de su presencia en los delfines es una señal de alarma sobre la contaminación por productos farmacéuticos en nuestros océanos. Es especialmente preocupante la detección de fentanilo, un opioide sintético 50 veces más potente que la heroína, que actualmente causa estragos en la sociedad estadounidense con una crisis de sobredosis sin precedentes. La presencia de esta sustancia en delfines genera nuevos dilemas sobre la verdadera magnitud de la crisis de los opioides en Estados Unidos.
¿Cómo llegan estos medicamentos a los delfines?
Las principales vías de entrada de estos contaminantes al ecosistema marino son las aguas residuales, la acuicultura y la industria farmacéutica. Según el equipo de Ocampos, el tratamiento de aguas residuales no siempre es eficaz para eliminar completamente los residuos de medicamentos, que terminan siendo vertidos al mar. El uso de medicamentos en la cría de peces y mariscos puede contaminar el agua y afectar a la fauna marina. Además, las descargas de las plantas de fabricación de productos farmacéuticos también pueden ser una fuente de contaminación.
Se necesita una mayor investigación
Los medicamentos, diseñados para actuar sobre organismos vivos, pueden tener efectos imprevistos en la fauna marina, hace poco se lanzó la película Oso Vicioso en la que se contaba la historia real de un oso muy violento por haber consumido cocaína. Aunque aún se desconocen las consecuencias a largo plazo de la exposición a estos contaminantes, los efectos en otras especies llevan a pensar en posibles impactos en el comportamiento, el sistema endocrino y la salud general de los delfines. Eso sí, los propios directores del estudio aseguran que es necesaria una mayor investigación para concluir algo sobre cómo afectarán estos fármacos en los animales.
Fuente: La Vanguardia