Jordania ha cerrado su frontera con Siria, especialmente el paso Jaber/Nassib, en un intento por protegerse del avance de los rebeldes yihadistas en el sur del país vecino. Aunque restringe las salidas desde su territorio, el ingreso de ciudadanos jordanos sigue permitido. La medida busca contener posibles amenazas derivadas de la creciente violencia en la región.
En Siria, los rebeldes centran sus esfuerzos en la estratégica ciudad de Homs, tras avances en bastiones como Alepo y Hama. Su objetivo es cortar la conexión entre Damasco y la costa mediterránea, afectando las bases rusas y debilitando al régimen de Bashar al-Assad.
Mientras tanto, líderes como Abu Mohamed al Jolani, del grupo Hayat Tahrir al-Sham, sostienen que el derrocamiento del dictador es clave para instaurar un gobierno «institucional». (Europa Press)