728 x 90

Japón apoya a Bolivia hace más de un siglo, ayuda en salud y a mejorar las habilidades en matemáticas de niños

  • 2024-11-26
img
Un estudiante de básico de la Unidad Educativa Copacabana, que se encuentra al este de la ciudad de La Paz. Foto: ABI

Bolivia y Japón cumplen 110 años de relaciones diplomáticas marcadas por la cooperación y proyectos que destacan en materia de salud y educación, como la facilitación de tecnología para el diagnóstico y tratamiento de males digestivas y la enseñanza de cálculos aritméticos y analística a estudiantes del nivel básico.

La cooperación económica y técnica para Bolivia empezó en 1979, justamente con la puesta en marcha del Instituto de Gastroenterología Boliviano Japonés (IGBJ) en La Paz.  Esta iniciativa se extendió un año después a las ciudades de Cochabamba y Sucre.

Desde entonces, Japón proporcionó tecnología avanzada para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades digestivas. Médicos bolivianos fueron capacitados en el país asiático, para mejorar sus habilidades y conocimientos.

“Somos el primer proyecto en salud de la Cooperación Japonesa en Bolivia, somos el hermano mayor de tres proyectos de gastroenterología. Hemos crecido en el tiempo y hoy, somos representantes a nivel latinoamericano, siendo un Centro de Entrenamiento”, explicó el director del IGBJ, Ariel Tapia.

Más de un centenar de pacientes son atendidos a diario en sus instalaciones de la zona de Miraflores, con tecnología de punta, en las áreas de endoscopía y diagnóstico.

También destaca la cooperación japonesa en educación. El proyecto japonés de educación en Bolivia tiene el objetivo de fortalecer cálculos aritméticos y analística en estudiantes del nivel básico de la Unidad Educativa Copacabana, donde son beneficiados 600 estudiantes. El proyecto repercutirá en otros establecimientos.

Maestros bolivianos son capacitados en Japón, a través de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y el voluntariado japonés en Bolivia.

“Estamos en el afán de querer mejorar el aprendizaje de los estudiantes, hacemos el acompañamiento en aula”, explicó el director Hugo Colque.

En cada clase se da tiempo a los estudiantes para pensar sobre lo aprendido. El voluntario prepara una rutina, teniendo resultados en la reducción del tiempo en resolver operaciones matemáticas.

“Cuando (los niños) tienen que resolver algoritmos de suma o resta, usan mucho sus deditos, estamos trabajando para que eso no sea así, sino con el cálculo mental rápido, que no pierdan mucho tiempo en resolver algo que tal vez es mecánico”, indicó.

La educación en los primeros años de colegio es trascendental en la disciplina nipona.

“La educación es base del desarrollo de un país, y los niños se van a encargar del futuro de este país. Como Japón estamos contentos que nuestra cooperación pueda contribuir al desarrollo porque los niños son tesoro del país”, aseguró el Consejero de la embajada del Japón, Shigetomo MARUHASHI.

Asimismo, la implementación de la cámara Gesell, por parte de la Embajada de Japón en la zona de Villa Esperanza, distrito 5 de la ciudad de El Alto, ha generado un impacto positivo e importante para resolver casos de violencia hacia mujeres y niños.

Desde el 3 de abril hasta noviembre, atendió 255 casos con diferentes tipologías: violencia física, violencia sexual y otros. Del total, 153 casos corresponden a violencia física; 84 casos a violencia sexual; y 18 están catalogados como otros.

Este y otros proyectos son explicados a la prensa, los estudiantes y ciudadanos en conferencias programadas por parte de la Embajada del Japón, en coordinación con diferentes instituciones.

El próximo 28 y 29 de noviembre se desarrollarán las ponencias “Más de 100 años de Relaciones Diplomáticas entre Japón y Bolivia” y “125 años de migración japonesa en Bolivia”, respectivamente, en el paraninfo de la Universidad Católica Boliviana, a las 17:30. // Fuente: ABI