sábado, marzo 8, 2025
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Crimen político de candidato ecuatoriano

En Ecuador ha ocurrido un crimen político repudiable, que ha estremecido las fibras más íntimas de todas las naciones del mundo. Allí ha sido alevosamente asesinado Fernando Villavicencio, un destacado candidato presidencial, que tenía posibilidades de ser elegido primer mandatario de ese hermano país sudamericano. El representante del movimiento político Construye se había desempeñado como líder sindical, periodista y parlamentario. Villavicencio adquirió notoriedad por denunciar que el narcotráfico había infiltrado esferas oficiales del gobierno de su país. Por ello en su campaña electoral proponía fortalecer la seguridad ciudadana mediante fuerzas policiales y militares.
Este crimen adquiere características particulares porque revela graves conflictos internos y externos que han estado emergiendo en la región y se refieren, en especial, a la ambición desmedida de quienes buscan imponer objetivos exóticos y que, al no poder conseguirlos por medios democráticos, recurren a métodos violentos. Esa actitud refleja la desesperación de los que propalan ideologías absurdas que intentan hacer retroceder la historia y, en esa forma, causar la miseria popular. Lo cierto es que solo causa el incremento de la violencia sin causa justificable.
El asesinato de Villavicencio por sicarios en la ciudad de Quito, al finalizar un mitin, es una muestra del clima de violencia que rodea a las elecciones presidenciales y legislativas fijadas para el cercano 20 de agosto en Ecuador. También se señala como causa de conflictos violentos la expansión del narcotráfico, pues los puertos ecuatorianos se han convertidos en zonas ideales para la actividad de los cárteles, siendo insuficiente el control sobre tales actividades ilícitas que implican muertes y graves daños morales y sociales. Otros hechos de violencia surgen en las cárceles, donde se observa hacinamiento y se encuentra todo tipo de armas cuando son realizadas inspecciones.
Por todo lo mencionado, no solo es necesario condenar el asesinato del candidato Villavicencio, como atentado contra natura en un régimen democrático, sino también analizar las causas que lo determinaron, al margen de puntos de vista sectarios y empíricos, ya que problemas de esa naturaleza podrían afectar a otras naciones, sobre las cuales la delincuencia internacional ha puesto su mirada, por el deseo de ampliar sus nefastas operaciones.
Tampoco se debería subestimar lo que hacen tendencias políticas populistas que desconocen que la historia social no puede retroceder y que mejor les iría si, por el contrario, se dedicaran a que los pueblos alcancen niveles elevados de progreso. Finalmente, cabe insistir en que la humanidad ha dejado hace siglos las prácticas de “ojo por ojo y diente por diente” y la “justicia por mano propia”, por una milenaria evolución de conducta.

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