Limitar el poder al Presidente y restituir la república, Goni propone una CPE “de todos”


El expresidente señala que se busca “garantizar el imperio de la libertad y la equidad social, en el marco de la democracia, por encima de los avatares políticos”

Limitar el poder al Presidente y restituir la república, Goni propone una CPE “de todos”

Gonzalo Sánchez de Lozada en una fotografía de archivo 

Tras casi 20 años de haber dejado el país tras una revuelta popular y cerca de cumplir 93 años, el expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada (Goni) propuso una nueva Constitución Política del Estado para Bolivia, que entre otras cosas plantea limitar el poder al Presidente, restituir la república con una mirada más moderna y dejar la propiedad de la tierra y de los recursos naturales en manos de los bolivianos y no del Estado.

“Este año 2023, con la gracia de Dios, habré cumplido 93 años de edad, 19 de ellos, junto a mi familia, en el exilio. Una larga y amarga travesía. La edad vino acompañada, como por suerte ocurre, con una mayor dosis de serenidad y espero que con un poco más de sabiduría; el exilio, con la abrumadora nostalgia de la Patria lejana”, se lee en el comunicado en el que Sánchez de Lozada hace conocer su iniciativa, que denomina “La Constitución de Todos”.



Explica que en los últimos años estuvo trabajando en propuestas para ayudar al país, que se plasman en esta iniciativa constitucional que busca “garantizar el imperio de la libertad y la equidad social, en el marco de la democracia, por encima de los avatares políticos”.

Aquí una síntesis de la propuesta, recogida por la televisora DTV:

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En lo político: una democracia representativa de carácter parlamentario con un presidente de poder limitado, pero de gran autoridad moral, atributo indispensable para que pueda ejercer con dignidad su condición de Capitán General de las Fuerzas Armadas y nombrar, con el asesoramiento de un Consejo de Estado creado para el efecto, a las principales autoridades militares, judiciales y electorales de la Nación.

Concluido ese trámite, el Presidente no tendrá ninguna potestad sobre esas autoridades, cuya independencia es uno de los pilares del actual proyecto

Un Primer Ministro, como corresponde a un régimen parlamentario, estará a cargo del manejo operativo del gobierno. El Presidente tendrá como sede de sus funciones la capital de la República y el Primer Ministro la ciudad sede del gobierno. El objetivo principal de este capítulo es la estabilidad po- lítica y la erradicación del autoritarismo.

En la justicia: un sistema judicial que funcione con mecanismos sencillos y prácticos que le aseguren solvencia e independencia. De lo que se trata es de tener un árbitro imparcial, no un cómplice ni un verdugo. Ninguna democracia verdadera en el mundo funciona con una justicia sometida a la corrupción o al poder político o económico.

En el poder electoral: un sistema que garantice y respete la expresión libre y transparente de la voluntad popular. El filósofo Ortega y Gasset dijo atinadamente que “la salud de las democracias, cualesquiera que sean su tipo y su grado, depende de un mísero detalle técnico: el procedimiento electoral. Todo lo demás es secundario. Sin el apoyo de un sufragio auténtico, las instituciones democráticas están en el aire”. Estoy seguro que la mayoría de los bolivianos comparte ese criterio.

En lo económico: un rol fundamental para la iniciativa y la creatividad de las personas, sin descartar la intervención del Estado en áreas que éstas no puedan cumplir. El proyecto plantea también que la propiedad de la tierra y de los recursos naturales sea de los bolivianos y no del Estado.

De lo que trata, en definitiva, es de restituir la República de Bolivia con una visión moderna, pero en armonía con los valores que la hicieron posible en 1825, está es parte de la propuesta que hace Gonzalo Sanchez de Lozada desde su exilio donde plantea modificaciones a la Constitución Política del Estado y platea la figura de un Primer Ministro.


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