Al menos 17 casquillos de bala de grueso calibre, es la cantidad de restos de proyectiles que se encontró en la zona de Los Cuchis, municipio de Porongo, en Santa Cruz, donde dos sargentos de la Policía y un voluntario del Gacip fueron asesinados con armas de fuego, presuntamente cometido por dos extranjeros de nacionalidad colombiana.
“El personal de la escena del crimen hizo el levantamiento de 17 casquillos aproximadamente, como también el vehículo patrullero contaba con un impacto de bala en la puerta derecha y en la llanta derecha”, señala el informe policial que fue elaborado por el investigador del caso de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), Jhimmy Arispe Chauca.
No obstante, aún no se conoce el informe forense de la autopsia que se practicó a las tres víctimas fatales y, por lo tanto, tampoco se conoce cuántos impactos de bala recibieron, aunque a examen externo se evidenció que principalmente fueron alcanzados entre el pecho y la cabeza.
En el caso del voluntario del Gacip, David Candia, se sabe que sufrió seis impactos de bala, dos de estos en la cabeza y otro en el pecho, según el relato de los familiares que fueron entrevistados por Unitel Santa Cruz.
El joven de 28 años, oriundo de Santa Cruz, dejó una pequeña huérfana de un año y siete meses.
Pese al sangriento hecho, cuyo objetivo era liquidar a todos los uniformados, en el reporte de Arispe se revela que eran cuatro los uniformados que fueron atacados en Porongo, tres murieron y uno logró escapar y fue quien dio parte sobre todo lo ocurrido en la población Los Cuchis.
La cronología de los hechos da cuenta de que todo comenzó a las 16:00, cuando se recibió una llamada del subteniente Eduardo Céspedes Camacho, el sobreviviente que pidió apoyo e informó que dos o tres personas con chalecos verdes y armas largas interceptaron un vehículo policial y tras descender de un vehículo color plomo modelo Ipsum, dispararon contra los efectivos policiales, según el medio televisivo cruceño.
Los otros oficiales que fallecieron son el sargento mayor Eustaquio Olano, de 48 años, nacido en La Paz. Por motivos laborales radicaba en Santa Cruz, y vivía en la doble vía a La Guardia. El otro uniformado era el sargento primero Alfonso Chávez Flores, también oriundo de La Paz.
Ambos realizaban un patrullaje preventivo por la zona del Urubó, por el feriado del 21 de junio, pero en su recorrido el auto en el que iban presentó una falla mecánica, fue cuando el voluntario del Gacip se acercó a asistirlos. En ese momento fueron interceptados por los antisociales, que abrieron fuego sin dar tiempo a los uniformados de desenfundar sus armas.