Letalidad de Covid-19 en Bolivia sigue entre las más bajas de la región


Fuente: ABI

La mortalidad por el COVID-19 en Bolivia se mantiene entre las más bajas de la región, según datos comparativos de la cantidad de decesos por cada 100.000 habitantes durante la última semana, una de las más críticas en lo que va de la tercera ola de la pandemia.



“Aunque la oposición se empeñe por denostar la gestión del Gobierno Nacional ante la pandemia de coronavirus, y encuentre un fuerte eco en los medios de comunicación, las cifras son claras: las medidas de contención, entre las que destacan la vacunación masiva que ya superó el 20 % de beneficiados con las primeras dosis, evitan una situación aún más trágica como las que viven naciones vecinas con similares, o en algunos casos, mejores niveles de desarrollo económico”, señala una nota de prensa del Viceministerio de Comunicación.

Según los indicadores en los que se basa la nota, entre el 4 y el 10 de junio en el país fallecieron 489 personas afectadas por la enfermedad, lo que da un índice de letalidad de 4,12 decesos por cada 100.000 habitantes.

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“De acuerdo a un balance difundido por la agencia AFP en sus redes sociales, Latinoamérica fue en este periodo la región más afectada del mundo puesto que, de los nueve países con mayor mortalidad, ocho son latinoamericanos”, señala el documento.

Paraguay encabeza el indicador con 12,81 decesos por cada 100.000 habitantes; le sigue Uruguay con 11,57 decesos; Surinam con 10,06; Argentina con 9; Perú con 7,48; Colombia con 7,26; Trinidad y Tobago con 6,65 y Brasil con 5,94.

“Un cálculo realizado a partir de los reportes COVID-19 emitidos diariamente por el Ministerio de Salud y Deportes, permite establecer que en Bolivia el índice en este lapso (4 al 10 de junio) llegó a 4,12 muertes por cada 100.000 habitantes. En la información de la agencia francesa no se contemplan datos de Chile, Ecuador y Venezuela”, indica.

Asimismo, el documento sostiene que durante la primera ola de COVID-19 en 2020, cuando el país estaba bajo el régimen de facto de Jeanine Áñez, la mortalidad llegó a un pico de 6,2 %, uno de los más altos de la región. Ya para la segunda ola, aunque el Gobierno democrático aún estaba pocos días al mando, la mortalidad bajó a 2,6 %, debido a las medidas de contención.

“Incidió mucho la dotación masiva de medicamentos, pero sobre todo la aplicación de pruebas masivas de antígeno nasal: al detectarse el mal tempranamente, se trata a tiempo y se evitan complicaciones y decesos”, afirma.

Asimismo, explica que en lo que va de la tercera ola, pese a la intensidad debida a nuevas cepas y variedades, la moralidad se mantiene en un 2,3 %.

“Ahora sí se ven los frutos de la vacunación masiva. Una vez asegurado el abastecimiento de dosis, en medio de la escasez y acaparamiento por parte de las potencias mundiales, el Gobierno tuvo que intervenir en la inmunización a nivel nacional, que no fue correctamente planificada por los niveles subnacionales”, asevera

De esta manera, el documento señala que desde mediados de mayo se vacuna a un promedio de más de 50.000 personas por día, es decir, casi el 0,5% de la población nacional se inmuniza diariamente.


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