Sólo se ve lo que se mira y sólo se mira lo que se está preparado para ver. Esto nos enseña que la realidad, que a veces nos parece un valor indiscutible y absoluto, no es más que un producto subjetivo y condicionado por las circunstancias. ¿Qué fue entonces lo que “vio” un puñado de hinchas de fútbol que no vio el resto del país?

Algo brutal, que estaba ahí, cada semana: la ignominia, la indefensiLos jubilados expulsados del sistema no necesitan quererse más a sí mismos, sino que la sociedad los arrope en la solidaridad más elemental, Así, hinchas y “viejos” marcharon juntos para jubilarse del miedo y del odio.