La comunidad artesanal de la Quebrada del Toro está viviendo una situación de profunda indignación y desamparo ante la decisión del Arzobispado de Salta de intervenir el Centro de Artesanos del Alfarcito, un espacio que, por más de 15 años, fue un pilar para la economía y la identidad de las familias de los cerros.
inicia sesión o regístrate.
La comunidad artesanal de la Quebrada del Toro está viviendo una situación de profunda indignación y desamparo ante la decisión del Arzobispado de Salta de intervenir el Centro de Artesanos del Alfarcito, un espacio que, por más de 15 años, fue un pilar para la economía y la identidad de las familias de los cerros.
En diciembre pasado, Inocencia Lamas habló con El Tribuno. La artesana había advertido de la situación. Es una de las voces de esta lucha, expresó el dolor que sienten los trabajadores ante este atropello. "Esto nos lo dejó el Padre Chifri para que trabajemos y no tengamos que irnos de nuestras tierras. No pueden arrebatarnos algo que fue construido con esfuerzo y con un propósito claro: que las familias de los cerros tengan un lugar donde sostenerse sin verse obligadas a migrar".
El Centro de Artesanos del Alfarcito fue una de las iniciativas fundamentales del querido y recordado Padre Chifri, aquel sacerdote que, con su entrega y compromiso, transformó la vida de los pobladores de la Quebrada del Toro.
Su proyecto no solo buscaba evitar el desarraigo, sino también brindar herramientas de desarrollo a quienes habitan estas tierras. La donación del terreno por parte de la familia Bautista se hizo con ese fin, no para que la Iglesia se apropie de él y lo someta a sus propias reglas sin consultar a la comunidad.
A pesar de los pedidos de los artesanos para dialogar con el arzobispo Mario Cargnello, jamás fueron recibidos. El silencio de la Iglesia es tan ofensivo -dicen los artesanos- como su decisión de despojarlos de su espacio de trabajo. Ahora, la Fundación Alfarcito ha anunciado que las ventas de artesanías se trasladarán a la Casa "Padre Chifri" en San Lorenzo y otros puntos, una medida que, aunque busca mantener vivo el proyecto, no deja de ser una consecuencia directa de la arbitraria imposición eclesiástica.
Última reunión
Lo que está ocurriendo en Alfarcito no es solo un conflicto administrativo; es un acto de injusticia y avasallamiento, reclamaron los artesanos. No se trata de propiedad ni de formalismos burocráticos, sino de respeto por un legado que no pertenece a la jerarquía eclesiástica, sino a las familias que han construido su vida en torno a él.
Este sábado 22 de febrero fue la última reunión. De ahí salió este comunicado de la Fundación Alfarcito "como cada año desde hace 18, nos reunimos con nuestros hermanos artesanos para recibir sus trabajos y entregarles el dinero de las ventas".
Sin embargo, esta vez la reunión tuvo un significado especial: "Fue la última en el paraje de Alfarcito. Debido a las exigencias impuestas por el Arzobispado de Salta y el Centro Eclesial, nos vimos obligados a entregar el local donde se vendían las artesanías".
"A pesar de esta situación, seguimos comprometidos con el "Proyecto Comunitario Centro de Artesanos". Las ventas se trasladarán a la Casa "Padre Chifri" en San Lorenzo y otros puntos que iremos sumando. Los artesanos podrán seguir entregando sus trabajos en Alfarcito, ahora administrado por el personal del Colegio Alfarcito, o bien optar por hacerlo a través de la Fundación Alfarcito", concluyó un sentido comunicado de la Fundación.
x