Era el Alto del Colorado y sus 2.565 metros sobre el nivel del mar el examen más duro que debía aprobar Nicolás Tivani para fogonear su sueño de ganar la Vuelta a San Juan. Era la montaña y sus intrincados desafíos el obstáculo mayor que debía afrontar el malla líder de cara al final de la carrera. Era, la traicionera puna, la que pondría a prueba la fortaleza de todos los integrantes del pelotón, y fundamentalmente la del pocitano que se puso la malla que lo identifica como el capo de la carrera en la primera etapa y no la soltó más.


Al parcial de 139 kilómetros lo ganó de manera magistral el chileno Jakob Decar (Stamina), escoltado por el mismo tiempo por el juvenil sanluiseño Bernardo Cambareri (Maní Zabala) y el experimentado colombiano Miguel Florez (Fundación Diberbool). A solo siete segundos arribó en soledad, y en el cuarto lugar, Nicolás Tivani. Es cierto que el pedalista que corre en Europa para el Aviludo Louletano y que está reforzando al equipo de su tierra natal, fue apoyado de manera magnifica por su compañeros; pero no deja de ser verdad que sus recursos probados en varios triunfos en rutas de la provincia, el país y Europa, fundamentaron una tarea que le permite, faltando dos etapas para concluir la carrera, tener más de media Vuelta en el bolsillo.
La etapa reina que se largó en Capital y arribó, casi cuatro horas después a la cima del promontorio que marca el limite entre Ullum e Iglesia, tuvo todos los ingredientes que se esperaban de ella. La acción comenzó temprano cuando un par de hombres abrieron un hueco en la Avenida de Circunvalación. Y, luego de arranques y neutralizaciones, recién en la subida al Villicum un quinteto de hombres consiguió sacar una ventaja considerable. Tomás Moyano, Leandro Velárdez, Mauricio Domínguez, Tomás Contte y Marcos Méndez, pasaron por las ruinas de la estación de Talacasto con 1m12s de ventaja. Antes de llegar a los Baños de Talacasto, se sumaron Lucas Gaday, Jakob Decar, Tomás Ruíz y Ángel Oropel. En esa segunda meta de montaña, ganada por Velárdez, tenían 1m38s sobre el pelotón.
Cuando pasaron por La Ciénaga quedaron solo cuatro como cabeza de carrera, Decar, Felipe Pizarro -que había llegado pasando Talacasto- Tomás Moyano e Iván Ruíz. El pelotón con Tivani estaba a 4m12s. Faltaban aún 30 kilómetros y el camino empezaba a empinarse de manera constante. Ruíz se quedó y fue conectado por quienes venían persiguiendo. El pelotón comandado por los municipales pocitanos y los bolivianos del Pío Rico apretó y achicó tanto las distancias, que solamente Decar pudo sobrevivir a la fuga. Y no solo eso. Se dio el gustazo de ganar la etapa reina, que dejó más líder que nunca a Nicolás Tivani.
> La edición 40 puede ser histórica
Más allá de las disquisiciones sobre el nivel de la carrera que bajó de un salto de ser la más importante de América, a convertirse en una más del calendario nacional sin presencia en los portales que cubren el ciclismo mundial en Internet. Esta edición, la 40 de la Vuelta a San Juan, que el año pasado se dijo sería 2.1 (la categoría más baja del profesionalismo que permite la inclusión de equipos amateur) puede quedar en la historia de la prueba como la primera en que un ciclista que se viste de líder en la primera etapa mantiene esa condición hasta el final.
Aún restan dos etapas, y puede pasar de todo. Pero de ganarla Nicolás Tivani, será el primero en hacerlo de punta a punta.
Hoy se correrá la penúltima etapa. El pelotón irá y volverá desde Santa Lucía hasta el paraje Difunta Correa.
> MOMENTOS DE LA CARRERA
> Un trío de valientes
Tomás Moyano (Portal de San Juan), Federico Pizarro (Metales Concepción) y Jacob Decar (Stamina) aprietan el ritmo en pleno ascenso al Colorado, tratando de mantener su ventaja con respecto al pelotón.
> La persecución
El conjunto municipal pocitano contó con el apoyo del Pío Rico de Bolivia para trabajar en la persecución. Aquí vienen formados, y Nicolás Tivani (casco rojo) resguardado al final de la escalera que armaron para lograr su objetivo.