El Gobierno Metropolitano de Tokio implementará desde abril de 2024 una semana laboral de cuatro días para empleados públicos, buscando mejorar el equilibrio entre trabajo y vida personal. Esta medida tiene como objetivo enfrentar la alarmante caída en la tasa de natalidad, que alcanzó un mínimo histórico de 1.2 hijos por mujer en 2023, muy por debajo del nivel necesario para estabilizar la población. La iniciativa se complementa con horarios reducidos para padres con hijos pequeños, fomentando un entorno laboral más familiar y flexible.
Japón enfrenta desafíos graves debido a su población envejecida y una fuerza laboral en declive. Aunque medidas similares ya se han probado en empresas privadas como Microsoft Japón, esta será la primera vez que una entidad gubernamental adopte oficialmente este modelo. Sin embargo, persisten dudas sobre su impacto en productividad y aceptación general entre trabajadores y empresarios